Un conflicto de interés puede surgir cuando lo que está en el mejor interés de una persona no lo está para otras personas u organizaciones a las cuales esa persona le debe la lealtad.
Por ejemplo, un trabajador se puede ayudar a sí mismo y de la misma manera afectar negativamente a su jefe al aceptar un soborno de utilizar materiales inferiores para la empresa.
Un conflicto de interés también puede surgir cuando una persona debe tomar ordenes de dos personas diferentes o grupos cuyas necesidades están en conflicto. En este caso, hacerle caso a un individuo o al grupo afectaría al otro individuo.
En el mundo empresarial y del derecho tener una “responsabilidad fiduciaria” a alguien o a una entidad se conoce como un “deber de lealtad.” Por ejemplo, un auditor le debe la lealtad a sus inversionistas que dependen de los reportes financieros que el auditor certifica. Pero los auditores son contratados y pagados por empresas que revisan esos reportes. El deber de lealtad que un auditor le debe a los inversionistas puede entrar en conflicto con la necesidad del auditor de mantener a su cliente, la empresa, satisfecha, a la vez de lograr el objetivo de asegurar que le está aconsejando al inversionista que haya hecho una inversión segura.
Entonces para nosotros que deseamos ser personas éticas, debemos conscientemente evitar situaciones en que podríamos beneficiarnos de ser desleal a otros.