Countrywide Financial fue fundado en 1968 por Angelo Mozilo y David Loeb. En 1992 era la mayor prestamista de hipotecas para familias individuales en los EE. UU. Ya en 2006 la compañía salió número 122 en la lista anual Fortune 500 de las empresas más prósperas, y llegó a ser uno de los mayores prestamistas de hipotecas en todo el país. Ese mismo año, financió más de $500 millones en préstamos. Les prestaba tanto a los prestatarios de primera categoría que tenían capacidad crediticia como a los prestatarios de alto riesgo que tenían baja capacidad crediticia y dificultad al seguir los planes de reembolso. Por lo general, los préstamos subprime (de alto riesgo) cobran una tasa de interés más alta para compensar para el alto riesgo asociado con el préstamo.
Mozilo era muy franco y actuó como la cara de Countrywide. Describió la importancia de incluir a los clientes minoritarios e inmigrantes en la misión de la empresa y ese sentimiento formaba parte de su estrategia de negocios. Creía que promocionar la propiedad de la vivienda podría transformar la sociedad en algo más equitativo. En 1994 Countrywide aumentó enormemente el número de préstamos a los clientes afroamericanos y latinoamericanos, y fue el primer prestamista hipotecaria en firmar un acuerdo de ‘préstamos justos’ con el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los EE. UU. Ya en 2004 la empresa llegó a ser el mayor prestamista en el ámbito de los llamados ‘mercados de comunidades multiculturales’.
Mientras que CountryWide seguía creciendo, Mozilo consolidó el control e insistió que la empresa mantuviera estándares más altos. Le gustaba dar discursos, motivar a sus empleados y comunicar con la prensa. Era muy transparente en cuanto a sus ambiciones para el futuro de la empresa y su opinión de los competidores. En 2002 públicamente fijó un objetivo ambicioso de llegar a control el 30 a 40 por ciento de valores en el mercado. En aquel entonces ninguna empresa controlaba más del 13 por ciento de valores en el mercado. Alcanzar esta meta iba requerir una campaña de venta agresiva, y la firma implementó un sistema de pago comisiones según las ventas de cada promotor, un sistema al cual había evitado hasta entonces. Como resultado muchos de los agentes de ventas ganaban millones de dólares vendiendo hipotecas que eran de calidad cada vez peor.
En 2005 Mozilo advirtió de la dirección en que iba la industria prestamista, “me preocupa mucho la calidad del crédito en toda la industria”, añadía que, “pienso que la capacidad que hemos desarrollado para los préstamos subprime es muchas veces mayor que la calidad de los préstamos subprime actualmente disponibles.” En 2006 dijo que, “creo que hay mucho fraude.”
Y aún así, Mozilo insistía públicamente que en Countrywide no había estos problemas. Aunque en los correos electrónicos describió como los préstamos subprime 80/20 (los cuales requerían un gravamen inicial de 80% del costo y un segundo gravamen por 20%) que expedía la empresa era “el producto en existencia y no podría haber cualquier cosa más tóxica). En otro email, escribió que “he observado personalmente una falta de cumplimento con respecto a la documentación y la deterioración general en la calidad de los préstamos dentro de nuestros sistemas organizacionales.” Entre estos iba incluido un préstamo “agregado” (piggyback) que permitía al prestatario comprar una casa sin tener que contribuir nada de su propio dinero. Un ejecutivo de Countrywide se preguntó: “¿Ahora qué vamos a hacer – pagarle al prestatario para solicitar los préstamos?”
Countrywide también les había cobrado más a 200,000 prestatarios afroamericanos y latinoamericanos por comprar casas. Era dos veces más probable que ofrecieran préstamos subprime a los clientes afroamericanos que a los clientes angloamericanos. El sistema computacional, la estructura salarial y la formación de los empleados, todos incentivaron la máxima obtención de ganancias para Countrywide, y muchas veces dirigía a los clientes a solicitar préstamos más caros incluso en casos que cualificaban para un préstamo a un precio más bajo. Pero con la caída del mercado inmobiliario en 2007 también cayeron las ganancias de Countrywide. En 2008 tuvieron que venderse al Bank of America por $4 billones, una mera fracción de su valor hace un par de años.
El Departamento de la Justicia de los EE. UU. (DOJ por sus siglas en inglés) levantó cargos civiles de fraude contra Countrywide precisamente enfocados en la relación entre esta empresa y las empresas dirigidas por el gobierno federal para la administración de hipotecas conocida como Fannie Mae and Freddie Mac. Un jurado federal declaró a Countrywide responsable. El DOJ también multó a Countrywide a un valor de $335 millones en un acuerdo, el cual era posible bajo una ley de préstamos hipotecarios justos, por haberles discriminado a los clientes afroamericanos y latinoamericanos. El Bank of America asumió estos pasivos entre muchos otros.
Mozilo dejó su puesto en Countrywide en 2008. En 2010 la Comisión de Bolsa y Valores (SEC por sus siglas en inglés) levantó cargos de fraude bursátil y el uso de información privilegiada. Los cargos estaban basados sobre todo en la discrepancia entre las declaraciones publicitarias demasiadas optimistas de Mozilo en cuanto al mercado de hipotecas subprime, en contraste con el sentimiento expresado por el comportamiento de la empresa, sus correos electrónicos internos que solían ser bastante pesimistas, y su decisión de vender $160 millones en valores de Countrywide mientras que frente al público elogiaba la eficiencia de la firma. En 2010 Mozilo pagó $67.5 millones en un acuerdo con la SEC sobre el uso de información privilegiada. En 2016 el DOJ retiró los cargos anteriores de fraude hipotecario que habían levantado en su contra.