La imaginación moral, según el filósofo Mark Johnson, significa imaginarse una serie de posibilidades que se pueden dar en una situación particular para poder resolver un desafío ético. Johnson enfatiza que actuar moralmente requiere más que un carácter fuerte. Por ejemplo, la acción moral requiere empatía y conciencia para poder diferenciar lo que es moralmente relevante en cualquier situación.
La imaginación moral, como la defina Minette Drumwright y Patrick Murphy, es la capacidad de ser a la misma vez una persona ética e imaginativa, alguien que puede considerar alternativas nuevas y creativas. Entonces, ¿es posible que las personas vean más allá de cómo una decisión puede impactarlas de manera económica o práctica, tomando en cuenta cómo afecta a los demás?
Por ejemplo, considera el caso de Nestle Foods. Esta empresa se negó a dirigir a los menores de edad sus campañas de publicidad para productos altos en azúcar y grasa. Para poder mantenerse competitivo en el mercado, optó por innovar y crear productos más saludables para los niños pequeños.
Entonces, la imaginación moral, combinada con la creatividad y el coraje, conduce a la gente y sus empresas a actuar de manera más ética en la sociedad.