Las empresas multinacionales muchas veces se han dirigido hacía la China con la expectativa de promocionarse a una población extensa que ha experimentado la mayor tasa de crecimiento económico de las últimas décadas. En cuanto la China se ha convertido en líder mundial económico, el país también a invertido cada vez más en combatir la corrupción, en parte para proteger su propia economía. La empresa farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) descubrió esto de primera mano cuando en 2014 la empresa fue multada $489 millones por las cortes chinas por haber sobornado a médicos y hospitales para que usaran sus productos, y a funcionarios y reguladores del estado para que redujeran el monitoreo de GSK.
En 2013 un delator anónimo mandó un correo electrónico a los miembros de la junta directiva de GSK que describía las actividades fraudulentas en la China. El delator denunció a varios médicos profesionales por haber aceptado viajes de vacación con todos los gastos pagos bajo la apariencia de viajes a congresos profesionales. Además, el medicamento Lamictal se promocionaba ampliamente para el tratamiento del trastorno bipolar, a pesar de haber sido aprobado por las autoridades chinas únicamente para el tratamiento de la epilepsia. El delator explicó que GSK “casi mató a un paciente por haberles promocionado ilegalmente el medicamento Lamictal,” y que “GSK China le había comprado el silencio por $9.000.” El delator mandó varios correos electrónicos a los ejecutivos de GSK y a la empresa auditora PriceWaterhouseCoopers durante 17 meses.
Según los reportajes de la prensa estatal china, GSK parece haber sobornado a funcionarios estatales, en una ocasión regalándole a un investigador de Shanghai un iPad y invitándole a una cena de $1.200. Los reportajes también mostraron que Mark Reilly, el gerente regional de GSK en la China, estuvo encargado de fondos especificados para el soborno de oficiales en Beijing. La China habría abierto su economía a las empresas internacionales hace décadas con la intención de desarrollarla. Muchas corporaciones multinacionales evitaban el escrutinio en torno al soborno porque su presencia en el país ayudaba a la China a establecer una base en la manufactura y crear empleo. Como explicó Jerome Cohen, un consejero legal para empresas multinacionales, “durante mucho tiempo, había una política de no pasarse con las empresas internacionales,” añadió que, “el gobierno no quería avergonzarse ni darle al mundo la impresión que la China fuera plagada de corrupción. Pero están pensado de otra forma.”
El soborno extendido por los farmacéuticos multinacionales fue una parte más de la expansión masiva del sistema sanitario en la China. Benjamin Shobert, el asociado principal encargado de la salud internacional en la Agencia de la Investigación de la Asia explicó que la infraestructura nueva y los nuevos hospitales fueron construidos con una rapidez acelerada. Sin embargo, según Shobert, los médicos andan saturados de trabajo y mal pagados, y los administradores de los hospitales no siempre pueden achicar la brecha entre los reembolsos del gobierno y el rápido crecimiento de los costos de los servicios sanitarios. Escribió que, “no debería sorprender que tanto los administradores de los hospitales y los médicos han buscado medios alternativos para compensar para los ingresos no recompensados por el gobierno. Para los administradores, su respuesta ha sido de incentivar a los médicos a recetar medicamentos innecesarios, procedimientos quirúrgicos innecesarios y evaluaciones diagnósticas innecesarias. Los médicos han aumentado sus salarios insignificantes a través de todo tipo de soborno como nos ha mostrado el escándalo de GSK.”
Además de las multas que tuvieron que pagar GSK, Reilly y cuatro otros gerentes fueron sentenciados a tiempo en la cárcel por el gobierno chino. Los cargos en contra GSK han provocado cambios en el comportamiento de varias otras empresas internacionales en la China. Por ejemplo, Microsoft estaba bajo escrutinio por alegaciones de actividades monopolísticas, Apple modificó la estructura interna del pago de impuestos tras tener que pagar multas impuestas or la China, y Disney, quien ha tenido que cooperar de manera más cercana con los productores chinos. GSK pidió el perdón por su comportamiento en la China y prometió reducir y cambiar la manera en que interactúa con los profesionales de servicio sanitario chinos. El Director Ejecutivo Andrew Witty dijo, “continuaremos de invertir directamente en el país para apoyar la agenda del gobierno para la reforma del sistema sanitario, y sus planes de largo plazo para el crecimiento económico.”