El sesgo de lo tangible y abstracto describe el hecho que la gente es influida por cosas que van más allá de lo observable, cosas hipotéticas o distantes, como algo que puede pasar en el futuro o que sucede en un lugar distante.
Por ejemplo, la gente puede tomar decisiones sobre recursos naturales sin considerar adecuadamente el impacto que dichas decisiones puede tener en futura generaciones o en personas en otros países.
En un ejemplo famoso el antiguo model de automóvil Pinto reprobó las evaluaciones de seguridad por no sostener de manera segura los accidentes por golpes en la parte trasera del auto, pero ignorando la evidencia Ford los puso en el merado en 1971. La empresa estaba tratando de poner un auto pequeño en el mercado para competir con los populares coches importados de Japón. Ford decidió no retirar el coche del mercado para evitar las consecuencias negativas de la caída en las ganancias, los recortes de empleados, y una crisis de relaciones públicas. Todos esos factores eran muy tangibles para Ford. A diferencia, las consideraciones en contra de vender el coche eran demasiado abstractas y distantes. Por ejemplo, cualquier posible víctima, en ese momento, eran abstracciones sin nombre ni rostro. Sus heridas podrían ocurrir, si acaso, en el futuro, y probablemente serían las preocupación de otras personas.
Entonces los principios de lo tangible y abstracto señalan cómo podemos llegar a cegarnos a las consecuencias negativas de nuestras acciones. Cometemos errores morales al minimizar los factores que caen fuera de nuestro marco de referencia inmediato.