Escrito y narrado por:
Robert Prentice, J.D.
Business, Government & Society Department
McCombs School of Business
The University of Texas at Austin
Con los años, todos hemos visto a predicadores famosos y a políticos con «valores familiares» involucrados en escándalos sexuales. También puede ser que hayas notado numerosos casos de malversación de fondos por parte de los empleados de las organizaciones de beneficencia. ¿Cómo es que personas aparentemente buenas pueden actuar de manera tan poco ética?
Una causa de ello es un fenómeno psicológico conocido como balance moral. La idea básica es, que la mayoría de nosotros queremos y de hecho necesitamos pensar en nosotros mismos como gente buena. Mantenemos una especie de marcador corriendo en nuestra mente, comparando la imagen de nosotros mismos como gente buena, con nuestro comportamiento real.
Cuando actuamos de una manera que no corresponde con nuestros estándares éticos, tendemos a sentirnos mal y a buscar la manera de compensar eso. Así que podríamos hacer buenas obras con el fin de restablecer el balance en nuestro marcador interno. Esto se conoce como compensación moral.
Por otro lado, cuando hacemos algo bueno, sumamos puntos para el lado positivo de nuestro marcador mental, y entonces podemos darnos permiso para dejar de cumplir con nuestros estándares éticos. Esto se llama licencia moral.
La compensación moral y la licencia moral son los dos componentes del balance moral. La licencia Moral es la que debe temerse más. Es lo que permite a los evangelistas de la televisión, a los políticos con valores familiares, y a las personas que trabajan para organizaciones de caridad, empezar diciéndose a sí mismos lo maravillosos que son, para después darse permiso para apartarse de sus propias normas éticas. Es importante destacar que estas personas ni siquiera se dan cuenta de cómo sus acciones pasadas están afectando sus decisiones actuales.
En un estudio se pidió a dos grupos de personas escribir sobre sí mismos. El primer grupo escribió sobre algo que hicieron y de lo que no estaban orgullosos, y el segundo grupo escribió sobre algo que hicieron y de lo cual estaban orgullosos. Después, se les pidió a ambos grupos hacer alguna donación a la caridad o hacer voluntariado.
El primer grupo donó más a la caridad y se ofreció más que el segundo grupo. El primer grupo – con sus malas acciones frescas en su mente – se dedicó a la reparación moral. El segundo grupo – se centró en su propia bondad – estaba practicando la licencia moral.
Hay muchos más estudios sobre el balance moral, y todos recomiendan lo mismo: ¡no seas engreído! Justo cuando te sientes especialmente bien contigo mismo, es cuando más estás en peligro de darte permiso para meter la pata y echar todo a perder.