En el 2015, Farmacéuticos Turing compró los derechos de promocionar Daraprim en los EE. UU., este siendo la versión de marca del medicamento genéricamente conocido como pirimetamina. El medicamento está en la lista de la Organización Mundial de la Salud de los medicamentos esenciales porque se usa para tratar la infección parasítica toxoplasmosis, la malaria, y a menudo es recetado a las personas con sistemas inmunitarios debilitados, como son los pacientes que sufren de la CIDA, además de pacientes que sufren de cáncer y los mayores de edad. Luego que Turing compró los derechos a Daraprim, la empresa aumentó el precio de $13.50 por pastilla a $750 por pastilla. En efecto subieron el costo anual de tratamiento de algunos clientes varios miles de dólares.
El aumento en el precio provocó una crítica extendida. La Sociedad de las Enfermedades Infecciosas de los EE. UU. y la Asociación de Medicinas para el VIH juntos mandaron una carta a Turing declarando que el aumento era “injustificable para la población sanitariamente vulnerable” e “insostenible para el sistema sanitario.” La Dra. Judith Aberg de la Escuela Icahn de Medicina en el hospital Monte Sinaí dijo que Daipram será demasiado caro para que los hospitales lo mantuvieran en stock y que el uso del medicamento requerirá una revisión particular de cada caso, y posiblemente conducirá a que el hospital buscara “terapias alternativas que a lo mejor no tienen la misma eficacia.” Dijo que, “Esto parece ser totalmente motivado por la obtención de ganancias por parte de alguien,” añadió que, “Simplemente pienso que es un proceso muy peligroso.”
El fundador de Turing, exgerente de un fondo de cobertura y Director Ejecutivo de la empresa, Martin Shkreli, defendió el aumento en el precio del medicamento. Insistió que muchos pacientes usan Daraprim por menos de un año, y que el nuevo precio era más comparable con los precios de otros medicamentos para las enfermedades no comunes. Shkreli dijo que, “Daraprim es 0.01 de los costos de atención sanitaria en los EE. UU.”, y prometió que Turing negociará reducciones de precio en compras de grandes cantidades por los hospitales. También insistió que cada pastilla costará no más de $1 para los pacientes sin seguro médico. Notó que, “Soy como Robin Hood… Estoy quitándole el dinero a Walmart para hacer investigación sobre las enfermedades que a nadie les importan.” Mantenía que el dinero sacado de las nuevas ganancias será destinado al desarrollo de nuevos y mejores medicamentos.
La Dra. Wendy Armstrong, una profesora de las enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory, dijo en respuesta a las declaraciones de Shkreli, “Un medicamento antiguo no es necesariamente un medicamento malo… En este caso teníamos un medicamento increíblemente eficaz que ha sido barato y bien tolerado por los pacientes durante años.” Armstrong y Aberg ambos notaron que algunos de los pacientes que toman Diapram tendrán que usarlo indefinidamente. Max Nisen, en un artículo para la revista Bloomberg y el periódico The Washington Post, describió cómo el aumento de precio era indicativo de un problema generalizado en el negocio farmacéutico. Comentó que, “los medicamentos más antiguos todavía se venden a precios inflados porque no hay ningún mecanismo para motivar el fabricante a bajar el precio.” Añadió que los farmacéuticos, “justifican el precio de los medicamentos al recordad al público que el proceso de desarrollar los medicamentos es costoso y vulnerable al fracaso repetido. Tienen razón. Pero los farmacéuticos a la vez anunciaron más de $50 billones en compras de valores y aumentos de dividendos después de la aprobación de la nueva ley de recortes de impuestos.”
En 2018 Shkreli fue sentenciado a siete años de cárcel por haber defraudado a inversores por $10 millones. Pero como señaló Nisen, “La condena de Shkreli por fraude resultó de sus días como gerente de un fondo de cobertura – todo lo que hizo en cuanto al precio del medicamento sigue siendo completamente legal.” En mayo de 2018 el precio de Daraprim sigue siendo $750 por pastilla.