En una conferencia de ética en Virginia en 2016, Cara Biasucci y yo conocimos a algunas de las personas involucradas en la exhibición del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, State of Deception: The Power of Nazi Propaganda, que se centra en la propaganda en Alemania antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Cualquiera que visite esta exhibición, que se exhibe en el Museo Bullock de Historia Estatal de Texas en el otoño de este año, probablemente estará de acuerdo en que es un ejemplo profundamente inquietante de la naturaleza insidiosa de la propaganda y su capacidad para persuadir a personas razonables para que actúen de maneras horribles y trágicas.
En los últimos meses, hemos estado colaborando con el Museo de Historia del Estado de Bullock Texas para arrojar luz sobre comportamiento ética conceptos, como mudez moral, miopía moral y desvanecimiento ético, que a menudo apoyan la uso generalizado de la propaganda. Dado el duro ciclo electoral que ha atravesado nuestro país este año, también vimos la oportunidad de explorar un problema ampliamente reconocido por los miembros de ambos partidos políticos: la cobertura de los medios nacionales se ha vuelto casi libre de problemas. Casi todo lo que el público ve informado son los defectos de carácter de los distintos candidatos y quién está adelante y quién está atrás en las encuestas. Los hechos, los problemas y la sustancia se ignoran en gran medida. La cobertura, en cambio, se centra en rumores sin fundamento, insultos de la peor clase, detalles sensacionalistas y cuestiones no sustanciales. De hecho, durante las elecciones, los dos principales candidatos presidenciales fueron atacados repetidamente por usar propaganda, por querer en secreto convertirse en dictadores y (en confirmación de la ley de Godwin) por ser Hitlers en potencia. Ambos candidatos fueron víctimas de noticias completamente falsas que se volvieron virales. Cualquier búsqueda en Google que vincule el nombre de cualquiera de los candidatos con las palabras «propaganda», «dictador», «totalitario» y «Hitler» producirá millones de resultados para cada candidato en números más o menos similares.
Entonces, el mensaje de Ética de los Medios & La propaganda es triple. Primero, la propaganda es omnipresente y peligrosa. En segundo lugar, los medios de comunicación están haciendo un trabajo inadecuado al vigilar la propaganda en las campañas políticas modernas y al informar al electorado sobre cuestiones políticas sustantivas. En tercer lugar, por lo tanto, corresponde a los individuos educarse a sí mismos para que puedan votar de manera informada. Los ciudadanos deben exigir más a sus candidatos, a sus medios ya sí mismos.
El primer paso en ese viaje es identificar y luchar contra los procesos de pensamiento y comportamientos poco éticos. Por favor vea este video y compártalo y este sitio web con otros. A principios de 2017, lanzamos Ética definida, un glosario de 51 videos breves que presentan y explican los principios éticos fundamentales que permiten la coexistencia civilizada y pacífica.
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