En 2017, fiscales federales presentaron cargos contra 10 personas, entre ellas había entrenadores de basquetbol universitario, asesores financieros y representantes de negocios de venta de ropa. Las alegaciones incluían sobornar, la conspiración y el fraude. Tras una investigación de tres años sobre la posible influencia criminal de la Asociación de Deportes Universitarios Nacional (NCAA por sus siglas en inglés), los fiscales de los EE. UU. encontraron dos complotes relacionados. En un complot, un Ejecutivo de Adidas pagó sobornos a atletas estudiantiles y sus familias para que los atletas asistieran a universidades en que la compañía patrocinaba el programa deportivo. En el otro, unos asesores financieros y unos mánager atléticos pagaron a entrenadores para que persuadiesen a los atletas estudiantiles a que dejaran que los mánager que efectuaron los pagos encargasen de los atletas cuando llegaran al nivel profesional.
Según una queja en el caso, “La investigación se ha revelado varias instancias en que los entrenadores ejercieron influencia al haber guiado a los atletas universitarios y sus familias a contratar a asesores particulares, no por los méritos de los asesores, sino porque los entrenadores recibían sobornos de ellos.” En una instancia, por ejemplo, un entrenador asistente de la Universidad Auburn aceptó más de $91.000 para guiar a los atletas de su equipo a firmar un contrato con un sastre y un asesor financiero. En cuanto al asesor financiero, el entrenador presuntamente dijo al atleta estudiantil que, “así es como los jugadores de la NBA lo hacen, forman relaciones a comienzos de su carrera, y van estableciendo asociaciones, crean confianza.” En cuanto al acuerdo con el sastre, el entrenador añadió que “Vas a lucir como un verdadero basquetbolista de la NBA. Eso es lo que eres.”
En otra instancia, un entrenador asistente de la Universidad de Louisville colaboró con un Ejecutivo de Adidas para pagar $100,000 a la familia de una de las mejores nuevas contrataciones. A cambio, el atleta estudiantil accederá a asistir a la Universidad de Louisville donde Adidas era patrocinador del programa atlético. Entrenadores de las Universidad de Arizona, la Universidad de California del Sur y la Universidad Estatal de Oklahoma también estaban involucrados en los cargos criminales iniciales.
El fiscal de los EE. UU. Joon Kim dijo que “mes tras mes, los acusados presuntamente explotaron los sueños de atletas universitarios de todo el país, tratándoles como poco más que una oportunidad para enriquecerse a través del soborno y planes fraudulentos.” Añadió que “la conducta criminal de los acusados no solo mancilló el espíritu de la competición amateur, también muestra un desdén para los miles de jugadores y entrenadores que siguen la letra de la ley, y juegan de manera modo correcto.”
Las universidades respondieron con la suspensión de los entrenadores involucrados. El portavoz de la Universidad Estatal de Oklahoma (OSU por sus siglas en inglés) Gary Shutt dijo que, “la OSU toma muy en serio los altos estándares de conducta que se esperan de nuestro programa atlético y no tolera cualquier desviación de aquellos estándares.” Adidas sostiene que no sabía de la mala conducta y circuló una declaración, “Adidas está dedicado a las prácticas empresariales éticas y justas y al cumplimiento total con las leyes, reglas y regulaciones relevantes,” a continuación agregaron que “hemos cooperado completamente con las autoridades.”
En 2018, la NCAA puso en marcha un proceso de implementación de reformas y la contratación de agentes reguladores. La Exsecretaria del Estado de los EE. UU. Condoleezza Rice dirigió la comisión para la reforma de la NCAA y comentó que el problema con el basquetbol universitario es “ante todo un problema de falla de responsabilidad e incumbencia negligente.” Pero además notó que “vale la pena salvar la iniciativa del basquetbol universitario.”