La teoría del contrato social dicta que las personas viven juntas en la sociedad siguiendo un contrato que establece las reglas del comportamiento moral y político. Algunas personas creen que si vivimos respetando un contrato social, podemos vivir moralmente por voluntad propia y no porque así lo dicta un ser divino.
A lo largo de los años, los filósofos han tratado de describir el contrato social ideal y explicar cómo los contratos sociales han evolucionado. El filósofo Stuart Rachels sugiere que la moralidad es una serie de reglas que dicta el comportamiento que las personas racionales aceptan, bajo la condición que otros también la aceptarán.
Los contratos sociales pueden ser explícitos, como leyes, o implícitos, como alzar su mano en el aula para pedir permiso de hablar. La constitución de los Estados Unidos es una parte bastante explicita del contrato social de este país. Dicta lo que el gobierno puede (o no) hacer. Se supone que las personas que eligen vivir en los EE. UU. están de acuerdo con lo que estipula la constitución en cuanto a las obligaciones sociales y morales.
De hecho, independientemente de que si los contratos sociales son implícitos o explícitos, nos ofrecen un marco importante para crear la harmonía en la sociedad.