La ética aplicada, también llamada ética práctica, es la aplicación de la ética a los problemas del mundo real. La ética práctica intenta responder a la pregunta de cómo deben actuar las personas en situaciones específicas. Por ejemplo, ¿es ético que el propietario de una empresa exagere durante las negociaciones con otra empresa? O, ¿es moralmente permisible que un médico participe en un suicidio asistido cuando se lo ruega un paciente con cáncer terminal?
La ética médica, la ética del comercio, la ética de la ingeniería y similares son ramas de la ética aplicada. La ética aplicada es más específica que la ética normativa, que es una rama de filosofía que desarrolla teorías morales sobre cómo deben comportarse las personas, como la ética del cuidado o la deontología. La ética práctica también es diferente de la metaética, una rama de la filosofía que hace preguntas sobre la naturaleza de la ética, como «¿qué es la moralidad?»
Algunos filósofos argumentan que la ética en el mundo real debería comenzar con la teoría moral. Pero el llegar a un acuerdo sobre qué teoría moral aplicar puede ser difícil. Usando el enfoque de la ética aplicada, las personas no necesitan ponerse de acuerdo sobre una teoría moral. En cambio, pueden acordar en una solución a un dilema ético al revisar los hechos y los daños relacionados de la situación. Esta es una de las fortalezas clave de la ética aplicada.