En el 2013, Robin Thicke y Pharrell Williams co-produjeron la canción extremadamente popular titulada “Blurred Lines,” generando ganancias de más de $16 millones en ventas y streaming. El video musical ha sido visto cientos de millones de veces en YouTube y Vevo y ha sido sujeto a numerosas parodias también. A pesar de su popularidad, la similitud entre “Blurred Lines” a la canción de Marvin Gaye de 1977 “Got to Give it Up” provocó controversia. La familia del artista Marvin Gaye estaba furiosa; ellos pensaban que el trabajo de Gaye había sido robado. Thicke presentó una demanda preventiva para prevenir que la familia de Gaye tuviera acceso a las ganancias. No obstante, Thicke también declaró en entrevistas públicas que fue influenciado por Marvin Gaye y, específicamente, “Got to Give it Up” cuando compuso “Blurred Lines” con la colaboración de Williams.
En respuesta, la familia Gaye demandó a Williams y Thicke. Contradicciones eran aparentes por parte de Thicke; en una entrevista con GQ dijo que era co-autor de “Blurred Lines,” pero en la corte dijo que estaba demasiado drogado en el estudio y que en realidad había sido Williams el que compuso la canción, y que había mentido previamente para obtener crédito. Williams dijo que aunque la música de Gaye lo había influido en su juventud, no copió la música de Gaye en su composición.
En Marzo del 2015, el jurado falló a favor de la familia de Gaye, declarando que aunque Williams y Thicke no copiaron directamente “Got to Give it Up,” había suficiente similitud o “sentido” entre ambas versiones para constituir una infracción de derechos de autor. Los herederos de Gaye fueron otorgados $7.4 millones en daños, la cantidad más grande otorgada en un caso de derechos de autor de música.
Aunque muchos comentaristas estuvieron de acuerdo con el veredicto, otros estaban preocupados de que podría afectar negativamente la escritura de canciones dentro de un género entero. El musicólogo Robert Fink, por ejemplo, dijo que este veredicto podría establecer un precedente para “encercar nuestro patrimonio colectivo de sonidos, vibras, tonadas, y sentidos.” Músicos, artistas, y escritores muchas veces aceptan que obras previas los han influido en su proceso creativo, y que muy poco es completamente original. Thicke y Williams no consideraban que la influencia musical de Gaye constituyera una infracción de derechos de autor, sino una inspiración que los llevó a crear una canción nueva y original.