Desde que se implementó el decreto de No Child Left Behind del 2001 (NCLB), algunos padres de familia, maestros, y administradores han hecho saber su opinión en contra de algo que ellos creen que es dañino para la educación pública y los niños Americanos: los exámenes estandarizados. Bajo la ley de NCLB, cada niño en los Estados Unidos debe demostrar dominio de la lectura y matemáticas. Aunque cada estado puede determinar su propio nivel de aptitud o dominio, la posibilidad de que los niños avancen al siguiente grado, o incluso que puedan graduarse de la preparatoria, depende de si pasan un examen estandarizado. A través de los Estados Unidos, niños de comunidades minoritarias han sido más propensos a no recibir un diploma debido a bajas calificaciones en los exámenes que exige por la ley.
Las evaluaciones tienen muchos beneficios. Los defensores de evaluaciones en grandes escalas dicen que constituyen una medida objetiva y correcta de las capacidades de los estudiantes. Los resultados demuestran como los estudiantes, o grupos de estudiantes, se comparan los unos a otros según estándares amplios. Idealmente, todos los niños del país recibirán una educación por igual, y los exámenes les puede ayudar a los educadores a encontrar donde se necesitan mejoras educativas. Sonja Brookins Santelises, Vicepresidente de políticas y práctica de K-12 para el Fondo de la Educación, reconoce que hay demasiado enfoque en la preparación del examen, pero que tenemos que trabajar juntos para reducir la brecha de logros y habilidades entre estudiantes. La fundadora de la organización sin fines de lucro StudentsFirst y ex-canciller de las escuelas públicas de Washington D.C., Michelle Rhee, también considera que los exámenes estandarizados son un recurso que puede reducir esta brecha. Ella dice. “No es fuera de lo común que un estudiante reciba A’s y B’s en sus calificaciones pero aun esté atrasado en comparación a sus compañeros en otros distritos y estados del país. Y sin los exámenes estandarizados, los directores, maestros, y padres del niño no tendrían la menor idea.”
Por otra parte, los que se oponen a exámenes estandarizados creen firmemente que estas evaluaciones son problemáticas y tienen efectos devastadores para nuestro sistema educativo. No hay estudios que corroboren que los exámenes estandarizados, una industria multibillonaria controlada por tres grandes corporaciones americanas, crean efectos positivos. Los maestros se quejan de que se ven obligados a enfocar su enseñanza estrictamente a lo que está en el examen, dejando poco o nada de tiempo para materias que no se incluyen en estas evaluaciones, como arte, estudios sociales, y ciencia. La madre de familia y ex-maestra Edy Chamness fundó una página de grupo en Facebook en el 2011 para convocar a los padres en su comunidad en protesta de la falta de rendición de cuentas en las escuelas y los requisitos de los exámenes estandarizados. También decidió no mandar a su hijo a la escuela en los días de dichas evaluaciones. Otros padres, incluyendo a Maeve Siano de Celina, Texas, también sienten que la preparación y el estrés asociados con los exámenes serían más dañinos para su hijo que beneficioso. La superintendente de Celina, Texas, Donny O’Dell dijo, “Nuestro país fue básicamente fundado en rebelión, por decirlo así. Así que no critico las acciones de estos padres, pero nosotros como educadores tenemos que hacer lo que tenemos que hacer… y necesitamos algún tipo de rendición de cuentas.”