Escrito y narrado por:
Deni Elliott, Ph.D., M.A.
Department of Journalism & Media Studies
College of Arts and Sciences
The University of South Florida at St. Petersburg
Hace más de 2000 años, Aristóteles y otros hombres atenienses ricos, decidieron cómo la gente debe tratarse entre ellos. Todo el mundo debería tener la libertad de seguir su propia idea de la vida buena, siempre y cuando la elección de esa persona no interfiriera con la búsqueda de la vida buena, de alguien más.
Esa idea de «no causar un perjuicio injustificado» [conocido como el principio de No-Maleficencia] fue probablemente la primera afirmación de la filosofía moral occidental.
Es natural que debamos primero comenzar nuestra investigación ética pensando en nosotros mismos y la forma en que quisiéramos ser tratados por las personas que nos rodean. Tómate unos minutos para observar a los niños en un patio de recreo. No tendrás que esperar mucho tiempo antes de oír a alguien gritar: «!Eso no es justo!» o «tramposo». Cuando los niños tienen alrededor de cinco años, comienzan a hacer las reglas para tomar turnos y decidir la forma de dar privilegios especiales a los más jóvenes o menos capaces. Estos niños están siendo agentes morales.
La diferencia entre ser un agente moral y un sujeto de valor moral, es la siguiente: Un agente moral es alguien que tiene el poder de causar intencionalmente daño a otra persona, o a otro ser. Un objeto de valor moral es un ser o un sistema natural que es vulnerable, es decir, que puede ser dañado. Es fácil ver que los niños, las mascotas y los recursos naturales como el agua inclusive, son todos sujetos de valor moral. Todos ellos son claramente vulnerables a los daños provocados por los que tienen poder sobre ellos.
A lo largo de nuestra historia y en diferentes culturas, ha habido personas que fueron despojados de su capacidad de tener libertad moral o incluso a veces para contar como sujetos de valor moral por sus propias características. Esto incluye a personas pertenecientes a minorías étnicas, raciales o religiosas, las mujeres, las personas que son lesbianas, gays o transexuales, y personas con discapacidades. La obligación moral de los agentes morales, es utilizar su poder con cuidado y nunca, intencionalmente, causar daño injustificado.