En muchas maneras, las plataformas de redes sociales han creado grandes beneficios para nuestras sociedades, expandiendo y diversificando las maneras en las que las persona se comunican unas con otras. Por otra parte, estas plataformas también tienen el poder de causar daño. Publicar mensajes dañinos sobre otras personas es un tipo de acoso conocido como cyberbullying. Algunos actos de cyberbullying no solo pueden ser considerados difamatorios, sino también pueden resultar en serias consecuencias. En el 2010, el estudiante de la Universidad Rutgers Tyler Clementi saltó a su muerte algunos días después de que su compañero de cuarto grabara por webcam y mandara tweets de un encuentro sexual que Tyler había tenido con otro hombre. Jane Clementi, la madre de Tyler, declaro, “En este mundo digital, tenemos que enseñar a nuestros jóvenes que sus acciones tienen consecuencias, que sus palabras tiene el poder de dañar o de ayudar. Los deben enseñar a apreciar a las personas y no tratar de destruirlas.”
En el 2013, Idalia Hernández Ramos, maestra de secundaria en México, fue víctima de acoso cibernético. Tras descubrir que una de sus estudiantes publicó tweets de que la maestra era una “perra” y una “puta,” Hernández confrontó a la muchacha durante una lección sobre el comportamiento en las redes sociales. Al preguntarle a la joven el porqué publicó mensajes que podrían dañar su reputación, la joven tímidamente contestó que estaba enojada en ese momento. La maestra le respondió que estaba muy molesta con las acciones de la estudiante. Exigiendo una disculpa pública en frente de la clase, Hernández dijo que no permitiría que “jóvenes mocosas” le llamaran esos nombres. Hernández publicó un video de la confrontación en línea, atrayendo mucha atención.
Aunque Hernández fue víctima de acoso cibernético, algunos sienten que se pasó al enfrentar a la estudiante en clase y después publicar el video para que el público lo viera, causando a la vez preocupaciones sobre la privacidad y los derechos de la estudiante. Sameer Hinduja, quien escribe para el Centro de Investigación del Cyberbullying, nota que, “Nosotros tenemos que mantenernos con gracia y entendimiento hacia los jóvenes cuando ellos demuestran su inmadurez.” Enfrentando instancias donde una joven expresa su enojo puede infringir sobre sus derechos básicos a la libertad de expresión. Aun así, como Hinduja explica, tanto la maestra como la estudiante fueron autoras y víctimas de acoso cibernético. Las preocupaciones de ambas deben ser tomadas en cuenta y, como mencionó Hinduja, “El valor de nuestra dignidad no debe ser pesada en una escala que depende de la edad de uno.”